¿Lo mejor esta por venir? Espero que sí*
Según Sigmund Freud la cosa más importante que el ser humano no es capaz de asumir en todo el transcurso de su vida es la finitud de su cuerpo, aceptar que todo tiene un inicio y todo tiene un fin.
Por esa razón creo que de manera inconsciente, desde mis inicios he soñado con diseñar objetos que me sobrevivan, sin fecha de caducidad, que le dieran sentido a mi existencia profesional.
Muchos de mis admirados maestros lo han logrado: Alvar Aalto, Mies Van de Rohe, y especialmente Charles Eames cuyos trabajos son verdaderos iconos del diseño contemporáneo.
En los momentos actuales tan convulsos, con una crisis tan profunda no sólo económica sino de valores éticos y de comportamiento, algo debe producirse para cerrar y cambiar etapas.
Las estructuras que han soportado durante tantos años un diseño industrial superficial, hedonista, autocomplaciente, sólo sometido al mercado y a las revistas especializadas, hambrientos, con un apetito voraz de «novedades», están en crisis.
Cuando me preguntan si nosotros, los diseñadores somos los encargados de cumplir los deseos y necesidades de las personas, me duele responder con un no. Afirmo que deberíamos pero que lamentablemente el Diseño está al servicio de los mercados y nuestra posibilidad de cambiar esta situación es casi imposible.
El consumismo está fuera de sus límites, demasiados productos «innovadores» nos rodean…los deseamos pero no los necesitamos. El planeta continúa degradándose con los residuos de los excesos de producción y el consumo.
¿Qué podemos hacer los diseñadores cuando somos reclamados por enésima vez para crear una silla, una lámpara u otro juego de cubiertos?. Lo único que importa a la industria es conseguir una nueva cuota de mercado, quizás quitándosela a su competencia.
Es lamentable ser cómplices de este cínico y perverso engranaje, inventando objetos que nadie necesita, comunicándolos con una estética llena de glamour, sofisticada, calculada y sugerente.
Pero a pesar de todo… y siendo absolutamente consciente de lo arriba expuesto, sin omitir detalle alguno… cada mañana me levanto, me dirijo a mi estudio, me reúno con mi equipo, y todos, con gran entusiasmo seguimos trabajando para lograr, que cada objeto en desarrollo tenga esa magia que nos seduzca, esa belleza que te conmueva, que te apetezca poseerlo, que te acompañe en tu vida, que no sea sólo un objeto de moda efímera. Y si un día, se te cae al suelo y se hace pedazos…. corras a comprar otro exactamente igual porque no puedes vivir sin él… porque ya forma parte de tu vida.
*Jorge Pensi: Diseñador
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